7 ago 2008

ARTE MARCIAL

La trayectoria de Marcial Berro, en una muestra en el Museo de Arte Decorativo

Moda yBelleza
La Nación
07/08/08


Objetos del deseo , una muestra para conocer las creaciones de un diseñador de joyas que triunfa en el exterior. "Siempre hubo un toque de argentino en mis objetos, aunque estuviesen hechos en el otro lado del mundo", es la primera aclaración que hace Marcial Berro cuando se dispone a contar su historia. Es que este actor, luego periodista, y más tarde devenido diseñador de alhajas ha hecho toda su carrera en Estados Unidos y Europa, donde cosechó las mejores críticas de la prensa especializada. Luego de treinta años de ausencia, regresa al país y lo celebra con una muestra en el Museo Nacional de Arte Decorativo de Buenos Aires.

Marcial Berro tenía 20 años cuando, de la mano de Marta Minujín, viaja a Nueva York en busca de nuevos horizontes. Era la época de los años 60 y el maravilloso mundo del pop art, y fue allí donde descubrió, casi por casualidad, su pasión por el diseño de joyas. Comenzó dibujando bocetos de alhajas y objetos que poco a poco fue creando junto con distintos artesanos, según el tipo de material con el que trabajaran. "Mis primeros diseños en Nueva York fueron meccanos de plata de piezas intercombinables de formas esféricas y cónicas que se usaban como aretes o broches", recuerda orgulloso. Y no es para menos, gracias a esos aros Andy Warhol fue su primer cliente. "A partir de ese momento noté que mis creaciones gustaban y me dio un entusiasmo loco de seguir diseñando. Empecé a usar piedras semipreciosas y distintos metales a medida que iba conociendo artesanos capaces de materializar mis ideas", describe.

Ya a fines de los años 70, en pleno auge de la alta costura, se instaló en París y se dedicó a diseñar para su clientela privada. Y tal fue el éxito que en poco tiempo se encontró diseñando joyas, muebles no convencionales y objetos únicos para la cristalería Baccarat; las firmas Chanel, Karl Lagerfeld, Yves Saint Laurent y Montana, y para personajes como Catherine Deneuve y Carolina de Mónaco. De esos trabajos cuenta que luego surgieron muestras en grandes museos y centros de exposición parisienses, y su inclinación por el diseño de objetos de decoración de gran tamaño que expone cada dos años.

En la inauguración de la muestra, que podrá verse hasta el 14 de septiembre y que recorre su trayectoria a través de las piezas más ponderadas, además de su último trabajo: una serie de alhajas y objetos hechos en el país, Berro habló sobre su carrera.

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¿Cómo surge esta exposición de joyas y objetos?
- Gracias a Samuel Paz, director del Museo de Bellas Artes, que ha visto varias de mis muestras en el exterior y conoce mi trabajo. El me presentó al director del Museo Nacional de Arte Decorativo, Alberto Bellucci, y juntos organizamos esta muestra. Mi propósito es mostrar mis diseños y el trabajo que hice con artesanos argentinos, que los hay y muy buenos.

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¿Qué se puede ver?
-Esta es la primera muestra que hago en el país y me ha parecido bien mezclar todas las cosas que he hecho con diversos artesanos europeos y lo que hice aquí, con el Instituto Municipal de Cerámica de Avellaneda, como las botellas de grès, las columnas, las tinajas de cerámica y algunas joyas de platería criolla. De alguna manera, esta muestra recorre toda mi carrera como diseñador.

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¿Qué materiales usa?
- Todos los materiales son nobles para mí, uso mucha plata, también plomo, acero, zinc, algo de oro y piedras semipreciosas que nadie quiere. Mezclo, por ejemplo, plata, acero, semillas amazónicas, obsidiana y coral en un collar. También uso lapislázuli, topacio, cuarzo, ágata gris, perlas, corales, zafiros, cristal de roca, ébano y turmalinas, ya sea en anillos, broches, pulseras, colgantes o aros.

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¿Cómo define su estilo?
-Siempre hago lo mismo, mi constante es la mezcla de formas geométricas y orgánicas, usando diversos metales y piedras que muchos descartan. No me gustan las cosas terriblemente caras, no les tengo mucha simpatía, mis diseños no son para celebrar la riqueza, sino para festejar la mirada del otro.

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¿Qué es lo que más le gusta del diseño de joyas?
-Estar en un taller, estar en obra. Trabajar con artesanos es un proceso de conocimiento, y cuando logro conocer la habilidad que posee cada artesano dibujo para esa habilidad. Es un trabajo en equipo.

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¿Cuáles son sus próximos pasos en el país?
-Próximamente instalaré un corner en la boutique de Pablo Ramírez, donde se podrá conseguir una serie de anillos de ediciones limitadas. Y sigo haciendo joyas a pedido.

Por María Elena Baggio

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