7 mar 2008

Rompecabezas

Martín Churba y su antidesfile de temporada

Suplemento Moda & Belleza
La Nación

06/03/08


Creativo como pocos, Martín Churba es uno de esos diseñadores que siempre sorprende no sólo por lo que hace, sino por cómo lo presenta. Y en esto mucho tiene que ver su background . Ligado al arte desde muy chico incentivado por su padre arquitecto, más de diez años de estudios de artes escénicas y actuación, una carrera de diseño encima y el gusto irrefrenable por darle a las cosas una vuelta de tuerca más.

Es que si hay algo que distingue a Churba del resto es esa versatilidad con la que juega a crear nuevas formas sobre lo ya creado, sean prendas, deco o una puesta en escena. El se anima a todo, y su desfile antidesfile visto el sábado y domingo últimos en Ciudad Cultural Konex lo demuestra.

"Quise darle un contenido diferente a un show de moda, para que sea más trascendental y menos efímero. Así ideé una performance con actrices, bailarinas y modelos que rompe todos los cánones de una presentación típica de colección. Mostré un desfile desarticulado para llevar al espectador a recorrer el camino implícito de la moda", describe el diseñador de su obra-espectáculo.

Cuenta que el eje estuvo puesto en montar una experiencia artística que sensibilice al espectador con la ropa dispuesta como vestuario. El resultado fueron dos funciones de una hora y media desarrolladas en simultáneo en ambientes al aire libre, a oscuras, en galpones y en el backstage, donde el público tuvo libre acceso y participación.

Acción
La gran escalera de chapa naranja que recibía parecía ser el escenario de un desfile convencional, con modelos pasando equipos una y otra vez, pero allí sólo se sucedieron caídas y tropiezos que captaron la atención de todos. Enseguida una voz en off relataba las sensaciones de 22 modelos, 9 actrices y 12 bailarinas que en cada espacio recreaban distintas situaciones. Algunas lloraban -por la caída, claro- otras dormían o posaban, más lejos bailaban, se cambiaban, las maquillaban, y en otro sector correteaban por pasarelas improvisadas, subían y bajaban escaleras, y de vuelta a empezar.

La consigna mandaba recorrer cada lugar según la intuición. Casi como sucede en las peatonales de centros turísticos, la muchedumbre se agolpaba ante cada escena, y cada tanto se veía la intervención de Churba, su director, ajustando detalles, dando indicaciones, y el toque final a cada modelo, o no. La pregunta que se hacían muchos resonaba: ¿Es parte de la obra?

"El desfile tradicional es un producto enlatado donde el público siempre esta quieto, hay una pasarela, música y modelos que caminan como estando en otro mundo, hasta que llega la pasada final. Con esta performance quise hacer todo lo contrario, para que mediante distintas disciplinas artísticas el desfile se transformase en algo repetible en el tiempo", explica el diseñador, y de ahí se desprende el porqué de las dos funciones. Con coreografía, escenografía, actores ingleses, gracias al auspicio del British Council, y argentinos, la puesta impactó por lo novedosa y arriesgada.

Performance
¿La colección? En un cómodo segundo plano se la vio en todo el elenco. Ellas llevaban tapados en cuero ecológico, chalecos engomados, suéteres rústicos y calzas tejidas. Las estampas, invadidas por un patch de rayas e infinidad de puntos, las tenían en remeras y vestidos de piezas superpuestas. Además, interiores desmontables, trenchs-vestidos y camisas-strapless, prendas que parecen dos y en realidad son una. Algunos cambios mostraron la sastrería nocturna hecha con materiales nobles, en telas con hilos de metal, muselinas y satén.

En definitiva, mezcla de volúmenes y siluetas, combinación de tonos fríos y vibrantes en una cartera de grises, negros, azules y toques de rojo, marrón y dorado. Un despliegue artístico que se observó en pleno durante el saludo final, con todo el reparto..., y Churba trastabillando entre escalón y escalón.

Por María Elena Baggio