2 nov 2007

Bienvenidos a...San Telmoda

La Nación Moda & Belleza 1/11/07
Firmas consagradas y diseño de autor. Ropa de hoy y de ayer. Bares, ferias y restaurantes


Cosmopolita, bohemio, histórico y bien porteño." Así es San Telmo para los diseñadores que desde hace más de un año, y en algunos casos un poco más, desembarcan en el barrio más antiguo de la ciudad con sus últimos modelos. La idea de estos nuevos vecinos es buscar un lugar que los identifique, que les dé comodidad, buenas ventas y, sobre todo, la posibilidad de estar cerca y lejos a la vez. Cerca del cliente local y de los extranjeros que más gastan, pero alejados de la masividad comercial. Y lo logran, o al menos eso es lo que demuestran los protagonistas de la tendencia que viene pisando fuerte y que coloca a San Telmo en la grilla de los barrios de diseño.

El alma máter del barrio son la plaza Dorrego y el parque Lezama, unidos estratégicamente por la calle Defensa, que concentra la mayor parte de locales y delinea un recorrido textil que promete. "Históricamente la calle Defensa fue la más transitada del barrio por ser paso obligado de los que iban y venían de la plaza al parque -cuenta Silvia Castillo, instalada hace 10 años con Un Lugar en el Mundo, local de ropa y ramos generales-. Ahora, con la movida que se está generando en torno del diseño es lógico que ya no queden locales disponibles", aclara.

Pero el fenómeno no muere allí, en toda la cuadrícula que rodea el barrio cada vez quedan menos locales aptos para alquilar y los pocos que se ofrecen requieren una inversión fuerte de entrada para instalarlos y ambientarlos preservando la fachada. Es que, como en Europa, hoy se revalorizan las propiedades en el casco histórico de las capitales.

Para Pablo Ramírez, la mudanza del petit hotel en Recoleta al local del Bajo fue casi con naturalidad, inspirado en las antigüedades, el estilo colonial y la vuelta a las viejas costumbres. "Primero mudé mi casa y hace un año decidí abrir el local porque el barrio reúne valores ligados a la estética de mis prendas. Mi ropa es afín a los anticuarios, el arte, la historia...", resume.

Otra de las vecinas reconocidas del barrio que decidió mirar más allá de Palermo fue Florencia Fiocca. Desde comienzo de año abrió las puertas de su showroom para colgar la línea que produce un piso más abajo en su taller. Y como el "local-esquina" aún tenía espacio para más, destinó un sector para mostrar indumentaria, accesorios, joyas y zapatos de sus colegas. Es el caso de las hermanas Benedit, que tienen su casa y taller en la zona y cuelgan algunas de sus prendas en el local Fiocca, y el de Josefina Ferroni, que deja su línea de zapatos para cualquier equipo.

De a poco llegan más marcas y se aggiornan a la tendencia. Es el caso de Puma, con una típica casona colonial reciclada, convertida en muestrario de sus lanzamientos, que se suma a su ya clásico outlet de la calle Perú. El cuarto local de carteras y accesorios de cuero de Carla Danelli también vio la luz en San Telmo, sus responsables dicen que fue una cuestión de posicionamiento "para seguir reafirmando la filosofía de la marca: identidad, estilo y vanguardia". Daniela Cortese hace su parte con d.cortese un espacio resumido que abrió hace 9 meses y donde cuelga una colección anclada en lo retro, prendas con base de sastrería, que juegan con recortes, tablas, vivos y bolsillos a contratono. ¿Otro estreno? El de Sima accesorios, con su primer local a la calle de diseños originales. Esta temporada se inspira en canes y felinos, y los estampa en carteras, zapatos, sombreros, monederos y mucho más. Mientras, Estirpe hace gala de lo natural utilizando en sus prendas lana, algodón, cuero y fibras naturales en sacos, polleras, camisas y fajas.

El diseño independiente -no podía faltar- se hizo eco de esta moda y gracias a que las tiendas multimarcas suman adeptos, muchos jóvenes diseñadores tienen la posibilidad de multiplicar las oportunidades de mostrar y vender sus creaciones. "Puntos en el espacio es la opción perfecta para diseñadores que se encargan de todo el proceso de una colección, como es la selección de telas, moldería, corte y diseño, pero no tienen tiempo para la administración de una tienda", explica Soledad Zurro, dueña del local, que reúne más de 35 propuestas. "A los diseñadores se les resuelven los problemas que trae un comercio y a la clientela se le ofrece variedad, que es lo que más les gusta", simplifica Zurro. Siguen la misma consigna las casas: Rústico y Urbano, con más de 20 líneas urbanas; Diversa, que agrega accesorios y objetos de más de 50 diseñadores; Urra!, con tendencias y diseños de vanguardia; Crisantelmo, otra esquina llamativa que exhibe lencería, jeans, sportwear y algo de sastrería; Medea, que ofrece prendas y accesorios ultrafemeninos, igual que Faustino López; Paula Saralegui con ropa y accesorios de autor; Adoro, que tiene remeras-arte inspiradas en la obra de Juan B. Carreras; y Think pink!, que vende indumentaria bien personal. Más moda para hombre y mujer de la mano de Elástica, Tienda Porteña, Mull y Kaku.

La moda masculina tampoco se queda afuera, con sólo caminar unas cuadras más se pueden encontrar opciones eclécticas para ellos. Basta visitar Balthazar, si lo que se pretende es sastrería de factura impecable; ir con cita previa al taller del camisero José Morán, si la idea es tener una camisa hecha a medida; o pasar por Casa Rey, donde los más "casual" pueden probarse ropa, zapatillas y accesorios al ritmo del DJ de turno.

Ahora lo que parece ser lo más buscado por los turistas son las prendas y objetos de cuero, y para ellos también hay, y mucho. Es que los locales del rubro fueron de los primeros que vieron un potencial comercial en el barrio y hoy ya son más de 10. Tacones Lejanos diseña bolsos de cuero, gamuza y símil piel de vaca, entre zapatos, sobres y cinturones. Carla Coolen tiene variedad de pieles y cueros, Milonga se dedica a las carteras combinadas con el calzado, Togniani a las carteras y zapatos de hombre y mujer, Africa Kueros a las camperas y sacos, y Samara Aventure, junto con La Moderna se especializan en accesorios y marroquinería.

Por María Elena Baggio


Mercado y museo
Más lugares para mirar algo más de moda. En el Mercado de San Telmo la oferta es generosa. Hay carnes, verduras y frutas, muebles, antigüedades, discos, libros y bolsos y valijas de cuero. Pero entre todo eso, hay buenos lentes de marcos enormes, bien vintage como se usa esta temporada. Más zapatos años 50 y 60, carteritas como las de la abuela y feria de ropa para hombres, mujeres y chicos. Para revolver y encontrar un par de joyitas, en Bolívar y Carlos Calvo. En el Museo Nacional del Traje hay algo más. Unas 8.000 piezas ilustran las modas, usos y costumbres desde fines de siglo XVIII hasta nuestros días con muestras que se renuevan periódicamente. Se pueden observar conjuntos de vestimenta masculina y femenina del 1900 y una gran colección de accesorios y complementos de esa época como sombrillas, bastones, abanicos, guantes, medias, polveras y peinetas. Además, el Museo ofrece cursos teóricos y prácticos para estudiar. En octubre comienzan: Coordinación de vestuario, Tribus urbanas, Bordado artesanal y Diseño creativo de bolsos y carteras. Abierto de martes a viernes y domingos de 15 a 19 hs, en Chile 832.


Polirrubro
El pequeño mundo San Telmo tiene más para dar. A los anticuarios, galerías de arte, locales de moda, artesanos y restós hay que agregarles más casas de diseño polirrubro y decoración. La más característica es L’Ago, reducto de deco y algo más; Materia Urbana, una tienda de arte donde además hay chalinas, carteras, productos de cuero o lana virgen; y Cualquier Verdura, que hace honor a su nombre para juntar desde piezas únicas, productos industriales, vajilla, discos de vinilo y cuadros, hasta accesorios, perfumes y talcos en una casa reciclada de fines de siglo XIX. ¿El dato? Hay ropa vintage sin uso de la década de 70, anteojos retro, remeras estampadas con logos de viejas empresas de telefonía, camisas y mañanitas tejidas para rememorar viejas épocas.